Belleza escondida
El proceso de elaboración del sombrero comienza tres años después de plantar la Jipijapa, para permitir que sus hojas alcancen su tamaño completo. Los brotes se cortan para poder quitar las hojas tiernas y pelarlas con una aguja. Luego, los tallos se hierven con azufre para darle un color blanco amarillento y luego se dejan secar. La calidad del sombrero depende de las horas que se tarde en fabricarlo: un sombrero con un tejido más suelto puede tardar veinte horas, mientras que uno con un tejido más tupido puede tardar un mes. La humedad es necesaria para que las fibras de las plantas se mantengan lo suficientemente flexibles como para tejerlas fácilmente, por lo que los artesanos las elaboran en cuevas naturales o artificiales. Para mantener la forma del sombrero mientras se teje, los artesanos utilizan moldes elaborados con madera local, como guayacán, chicozapote o tzalam o nogal caribeño. Finalmente, el sombrero se plancha en una prensa especial para darle forma según el modelo. Orgullosos de sus raíces y tradiciones, los artesanos de Jipijapa se caracterizan por su dedicación, paciencia y compromiso. La gran mayoría aprendió a tejer de sus padres.